Abrazar tu propósito te vuelve indestructible

Hace un tiempo me tocó recorrer algunos hospitales y hablar con algunas personas que estaban internadas ahí desde hacía meses.
Pensé que iba a darles un poco de esperanza y ayuda pero fue al revés.
Me sorprendió la capacidad de resiliencia que vi en muchas personas. Algunos con enfermedades criticas o terminales pero con ganas de vivir y de salir adelante.
En una ocasión encontré a un hombre que tenía muchos libros cerca de su cama y me contó que se la pasaba leyendo.
Me decía: siempre hay que aprender. Muchos de ellos me contaban que tenían hijos, familia o sueños que era, lo que de alguna manera los tenía con “vida”.
Esas personas te dan lecciones de vida. Porque no importa el túnel oscuro que uno pueda atravesar, siempre hay luz al final del camino.

La historia nos ha mostrado varias ocasiones en las que una nación, a punto de ser devastada, se vuelve a levantar.
En el año 1945 la bomba atómica generó una crisis sin precedentes en Japón. Pero pasaron los años y esa nación, se levantó de los escombros. Porque sus líderes comprendían que tenían una visión.
La visión de que una situación trágica no iba a enterrar el sueño de los japoneses.
Y Japón. con idas y vueltas, se volvió a levantar. En los 90 volvió a ser potencia. Aunque tuvo liderazgos variables, los años posteriores a la guerra fueron de mucho sacrificio y trabajo.

Pero mantuvieron el propósito de hacer a una nación grande y pujante. No se rindieron.

Porque un propósito y una visión son mas grandes que cualquier fracaso y cualquier dolor.
Una persona que sabe hacia donde va nunca será derrotada.
Una nación que tiene claro sus principios y su norte nunca dejará que otra nación o institución destruya su tradición.

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