La vida no es justa

El otro día escuché la historia de un hombre que había perdido a dos de sus hijos en un tiempo lapso de tiempo muy corto. Creo que no debe haber dolor más grande para un padre que perder a sus hijos en tan poco tiempo.

Cuando me tocó visitar hospitales para ver a algunos enfermos me di cuenta de que a muchos de ellos no los visitaba nadie, aunque la mayoría de ellos tenían familia.

Hace algunos años me reuní con madres que tenían a sus hijos en adicciones, muchas de ellas los habían perdido producto de esa adicción. Pero muchas de esas madres disidieron hacer “algo” con su historia. Decidieron ayudar a otras con situaciones similares, no se quedaron abrazando el dolor.

A muchos otros la vida los encontró con alguna enfermedad terminal, a otros, la vida los arrojó a situaciones económicas críticas. En muchos casos la vida parece injusta, personas que hacen las cosas bien, pero que les toca vivir tiempos de zozobra y de oscuridad. El sol y la lluvia salen para los buenos y para los malos.

La vida no es justa, en una gran cantidad de ocasiones, pero el dilema no es ese. El problema es qué hacemos con aquello que nos sucede. Hay situaciones negativas que suceden y que tal vez no tenga alguna explicación razonable.

Hay cosas que no podemos cambiar, el lugar y el tiempo dónde nacimos, las circunstancias que nos toca atravesar.
Pero si podemos elegir cómo vamos a responder a todo aquello que nos ha sucedido.

En la agencia que fundamos hace un tiempo nos toca redactar guiones. En muchas ocasiones nos llegan guiones hechos, terminados, pero a veces hay que reescribirlos para que el mismo sea efectivo a la hora de comunicar.

Creo que la vida tiene un poco de eso. Hay que reescribir el guion. No tenemos que aceptar el guion tal y como nos vino. Un suceso negativo no puede determinar nuestro futuro. Una crisis temporal no debería decidir nuestro destino. Hay situaciones adversas que realmente pueden ser difíciles, pero no deberían determinar el final de la película.

Un mal día no debería ser el timón de la vida entera.

Aunque la vida no te haya sonreído tienes que elegir si te vas a anclar al dolor o si vas a por ese destino que siempre soñaste.

Aunque la vida no te haya sonreído muchas ves, tendrás que elegir si te quedarás con el resentimiento de la injusticia o si te levantarás a construir el futuro que alguna vez anhelaste.

Aunque la vida te haya golpeado duro, tiene que elegir si te vas a quedar con la amargura del fracaso o si vas a elevarte por encima de eso y vas a cambiar el guion de la vida.

La vida puede no ser justa, pero te toca elegir si vas a quedarte llorando o si vas a abrir los ojos al mundo de oportunidades que te está esperando.