Algunos amigos de otros países me preguntan qué es el peronismo. Les contesto que el peronismo es una religión, es un culto, es la religión del pobrismo y la estado-dependencia y ha creado fundamentalistas.
Se nota mucho en la provincia de Bs As (conurbano) donde muchas personas no tienen acceso al agua, viven en calles llenas de barro, en viviendas sumamente precarias, a las personas las matan para robarles un celular, gran parte de esa población vive en un estado calamitoso. Sin embargo, votan como gobernador a un populista y empobrecedor como Kicillof, pero como es peronista lo votan igual.
Votaron como presidente a Massa. ¿Quién es Massa? Un ser indefinible y gelatinoso que se camufla de lo que le conviene según cada ocasión. Un encantador de serpientes. Ha pasado por todos los partidos políticos desde la derecha hasta la izquierda. Un ser inescrupuloso que cambia de discurso de un día para el otro. Un ser amoral, que desconoce la diferencia entre el bien y el mal. Pero al religioso peronista no le importa porque el tipo hace el dedito en V con la mano y es “nacional y popular”.
Al religioso peronista le es indistinto, ayer votó al inexistente Alberto Fernández y hoy vota a Massa. Su voto es un voto religioso, decide por tradición cultural, no por criterio propio.
Le hicieron creer que el estado pelea por sus derechos, pero el hombre vive cada vez más pobre.
Para quienes no saben, Massa es el actual ministro de economía que empezó a regalar platita (dinero falso con emisión) y está dejando la economía literalmente en ruinas.
El peronista/kirchnerista se sigue empobreciendo y sigue votando al que le promete que el estado lo va a cuidar. Es estado-dependiente. De esa forma el peronismo ha creado una cultura clientelar. El tipo es cada vez más pobre y sigue votando lo mismo, pero como le dan algunos pesitos gratis, vamos. Parece que tiene una venda moral, pero la persona está ciega y vota por su verdugo.
Al religioso peronista no le importa que funcionarios como Insaurralde sean terriblemente corruptos, le da igual. Si me dan educación y salud gratis, no pasa nada, “todo pelota”.
Esa cultura es la que hay que cambiar. Esa estado-dependencia.
Esa orfandad que sienten muchas personas que creen que el estado es como su papá o mamá que los tiene que cuidar.
Por eso es que hay que recuperar los valores de la sana libertad. Esa que no depende de que el estado te tire unas migajas en el piso. Sino esa libertad que se construye cuando una persona trabaja y pelea por concretar los sueños. Creciendo, sirviendo y ayudando a otros en el camino.
Desde mi lugar trabajaré para cambiar esa cultura y esa orfandad. NO será fácil, pero podremos hacer a una Argentina grande de nuevo. Una Argentina pujante y líder. Creo que es posible.