La concepción filosófica del socialismo está en las antípodas del cristianismo. El primero propone al hombre como centro, dándole eminencia al estado. El cristianismo propone el potencial del individuo y las familias en base a principios y ligados a la centralidad de un Creador
Las líneas ideológicas del cristianismo que ponen al estado por encima de Dios son líneas que fueron infiltradas por ideologías humanistas. La idea de la “doctrina social cristiana”, por ej, no tiene ningún amparo en las escrituras.
De las escrituras se desprende la idea de que el hombre es falible y por tal razón, corruptible, entonces es necesario que tenga un poder limitado. La concentración de poder es dañina, por eso el estado, tanto más grande, termina haciendo más daño.
El socialismo propone que las personas tienen que tener todos los derechos garantizados y que el estado tiene que otorgarle al ciudadano salud, educación, casa, bienes materiales, etc. Al hacer esto el estado crea dependencia en el hombre.
Esa dependencia va erosionando la capacidad del individuo de desplegar todo su potencial porque piensa para si: el estado me va a proveer de esto o aquello, entonces por qué esforzarme para alcanzarlo.
Esa dependencia, además, erosiona, el vínculo de fe de la persona con su Creador. Porque decide ya no confiar en las capacidades que el Hacedor le imprimió al crearlo. Ahora confía en una Institución hecha por hombres falibles y corruptibles.
Por otro lado, para el estado poder darte asistencialismo necesita controlarte y auditarte. Ese vínculo entre asistencialismo y control es muy fuerte. Dios creó al ser humano para vivir en libertad, sin depender del Estado.
De hecho en el origen de la Creación no había estado, era el hombre gobernándose a si mismo y ayudando al prójimo y crear y producir riqueza. El estado viene como consecuencia de las malas decisiones del hombre.
El estado es necesario, por supuesto, pero jamás debería ser visto como un todopoderoso Dador o Proveedor ya que ese atributo solo le corresponde a Dios. En la concepción del cristiano Dios es su fuente y provisión.
Esta última concepción es la que le permitió a los países desarrollados formar una concepción de libertad. Los hombres se sabían libres por eso emprendían y creaban proyectos para bendecir al prójimo. Eso, fundamentalmente pasó en Estado Unidos.
El socialismo, por tanto, jamás es una respuesta a los devenires del hombre. Para el estado poder dar asistencialismo y “ampliar derechos” tiene que hacerse cada vez más grande hasta volverse una bestia enorme.
De hecho el texto bíblico nos muestra que en el final de la historia vemos la máxima expresión del hombre intentando ser dios sobre si mismo y creando un estado regulador que todo lo somete y controla. Seguramente te suena eso de “nadie podrá comprar ni vender a menos que…”
En efecto, es necesario limitar el poder del estado, esto trae como beneficio mayor libertad a los seres humanos y las familias. Dios diseñó hombres, mujeres y familias que pueden crear, producir, desplegar todo su talento y ayudar a los demás en una genuina solidaridad.
Coincido absolutamente con lo expresado. El socialismo quiere controlar a la sociedad e igualar para abajo. En el cristianismo crecemos y hay libertad para generar más riqueza para mejorar la condición de vida de la sociedad.