El periodista y escritor Gladwell mencionó la teoría de las 10.000 horas. La misma dice que para que una persona se vuelva experta en un tema tiene que dedicarle como mínimo 10.000 horas al estudio de ese tema.
Muchos líderes saben que tienen que saber. Saben que el saber les permite ser mejores.
Alguna vez escuché a un conferencista decir esta frase que me quedó grabada para siempre:
“Lo que no sabes te está matando y no te estás dando cuenta”.
Porque siempre hay áreas de mejoras en nuestra vida. Siempre hay cosas que podemos pulir, mejorar, ampliar y superar.
El asunto es que la ignorancia es como un muro gigante que no nos permite ver las cosas que podemos hacer simplemente porque no están en nuestro radar. Lo que no está en nuestro radar de conocimientos no lo podemos mejorar.
Si ahora te digo que la ciencia ha comprobado que la meditación diaria le hace bien a tu salud emocional y física ¿te llamaría la atención?
Si esa información que te menciono llega por primera vez a tu radar de conocimiento, y actúas en consecuencia vas a estar un paso adelante y podrás vivir una vida con mayor dicha y plenitud. Pero si ese conocimiento no llega a tu vida te pierdes el beneficio.
La ignorancia conlleva un costo muy alto. La ignorancia nos lleva a la pobreza, la ignorancia arruina nuestras relaciones, la ignorancia nos hace tomar malas decisiones, la ignorancia nos lleva a confiar en personas incorrectas, la ignorancia nos lleva al fracaso, la ignorancia nos hace elegir socios equivocados, la ignorancia nos hace tocar las puertas incorrectas, etc.
Muchas veces fallamos no por malos, sino porque ignoramos la solución.
Así como ese hay muchos conocimientos que no están en nuestro radar. Entonces el asunto tiene cierta simpleza. Es necesario acercarnos a esos conocimientos que nos permiten vivir una vida más saludable y plena.
Por eso la importancia de leer, de formarnos todo el tiempo. Una mente que se instruye es una mente que luego puede ofrecer mejores soluciones para sí y para los demás.
A los hombres de mayor valor en el mundo se les paga no solo por su conocimiento sino por su sabiduría, por tener un conocimiento que se aplica con sabiduría.
Por eso creo firmemente que siempre avanzamos más rápido cuando tenemos mentores y expertos, no me canso de repetirlo. El consejo de un mentor te puede ahorrar años de ignorancia. El consejo de un hombre sabio te puede traer resultados extraordinarios y te puede quitar los altos costos de la ignorancia.
Pero mucha gente no busca ayuda y no se instruye, piensa que puede resolver las cosas de manera individual. Y se pierden lo mejor, la sabiduría de los libros, de los mentores, de los expertos y de los fracasos de otros.
La ignorancia ya te ha costado demasiados fracasos. Es hora de abandonar la ignorancia y tener hambre por la sabiduría.
Mirá lo que dijo el viejo Salomón en uno de sus proverbios:
“La sabiduría vale más que las perlas; vale más que cualquier cosa que se pueda desear. »Yo soy la sabiduría y vivo con la inteligencia; pueden encontrarme con el conocimiento y la prudencia.”
Ese hombre sabía algo, sabía que la ignorancia nos cuesta muy caro.
La sabiduría paga bien, pero la ignorancia nos cuesta muy caro.
Omar Sarmiento